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En las últimas semanas la costa norte peruana ha sido víctima del fenómeno denominado “Niño Costero” que hasta la fecha ha dejado al menos 76 muertos, más de 700 000 afectados, daños a viviendas y carreteras, pero sobre todo una lección que nos hace reflexionar sobre lo frágiles que somos frente a fenómenos naturales de este tipo y frente a políticas ineficientes.
La razón de este fenómeno se debe a una situación anómala que se originó por el debilitamiento de los vientos que van de Sur a Norte, es decir el Anticiclón del Pacifico Sur que se caracteriza por empujar la corriente fría hacia el norte se encuentra debilitado, lo que ha originado el ingreso de las aguas cálidas que vienen desde Centroamérica.
El ingreso de estas aguas cálidas ha originado que la Temperatura Superficial del Mar (TSM) de la costa norte se eleve a valores de 28 °C hasta 29°C, cuando normalmente es 20°C. Este calentamiento normalmente origina la formación de nubes en zonas arriba de los 2000 metros, sin embargo, ha sucedo otra situación anómala, estas nubes se han formado en zonas a 1000 metros de altura, lo cual ha originado lluvias torrenciales y la activación de quebradas.
A diferencia del fenómeno del Niño 2015-2016 o los recordados del 1997-1998 ó 1982-1983, el actual Niño Costero se caracteriza por su rapidez con la que la temperatura del mar se incrementa. Por ejemplo, en las costas de La Libertad de un día a otro el TSM se incrementó en 10°C algo totalmente inusual, solo comparado a lo que se vivió con el fenómeno del niño del año 1925, que en su momento también ocasionó desastres en las ciudades de la costa peruana.
Han pasado más de 80 años y las consecuencias negativas que ha traído cada fenómeno del Niño, sobre todo el actual “Niño Costero” siguen impactado directamente a la población, ocasionando muertes, inundaciones, destrucción de cultivos, entre otras tragedias que han dejado frustración, tristeza y sueños truncados en nuestra población peruana.
Pero lo más grave de todo es que en ese lapso de tiempo, más de 80 años, las políticas públicas y las acciones preventivas del Estado no han dado resultado alguno. Las razones ya todos la conocemos: Ineficiencia Estatal, Falta de Prevención, Corrupción entre otras cosas que lo único que han demostrado es una ausencia de una política de largo plazo.
Quizá no tengamos la capacidad técnica para predecir las consecuencias del siguiente fenómeno del niño, pero si tenemos la experiencia, las lecciones e historia que a viva voz exigen que nuestros políticos empiecen a tener una visión de largo plazo, una visión que no se encasille en los cinco años del gobierno de turno, sino que por lo contrario, cruce las fronteras de los gobiernos y reivindique la ineficiencia de los últimos 80 años.
Este artículo fue publicado orginalmente en EME LA REVISTA
http://emelarevista.com/el-nino-costero-la-necesidad-de-una-politica-de-largo-plazo/
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En las últimas semanas la costa norte peruana ha sido víctima del fenómeno denominado “Niño Costero” que hasta la fecha ha dejado al menos 76 muertos, más de 700 000 afectados, daños a viviendas y carreteras, pero sobre todo una lección que nos hace reflexionar sobre lo frágiles que somos frente a fenómenos naturales de este tipo y frente a políticas ineficientes.
La razón de este fenómeno se debe a una situación anómala que se originó por el debilitamiento de los vientos que van de Sur a Norte, es decir el Anticiclón del Pacifico Sur que se caracteriza por empujar la corriente fría hacia el norte se encuentra debilitado, lo que ha originado el ingreso de las aguas cálidas que vienen desde Centroamérica.
El ingreso de estas aguas cálidas ha originado que la Temperatura Superficial del Mar (TSM) de la costa norte se eleve a valores de 28 °C hasta 29°C, cuando normalmente es 20°C. Este calentamiento normalmente origina la formación de nubes en zonas arriba de los 2000 metros, sin embargo, ha sucedo otra situación anómala, estas nubes se han formado en zonas a 1000 metros de altura, lo cual ha originado lluvias torrenciales y la activación de quebradas.
A diferencia del fenómeno del Niño 2015-2016 o los recordados del 1997-1998 ó 1982-1983, el actual Niño Costero se caracteriza por su rapidez con la que la temperatura del mar se incrementa. Por ejemplo, en las costas de La Libertad de un día a otro el TSM se incrementó en 10°C algo totalmente inusual, solo comparado a lo que se vivió con el fenómeno del niño del año 1925, que en su momento también ocasionó desastres en las ciudades de la costa peruana.
Han pasado más de 80 años y las consecuencias negativas que ha traído cada fenómeno del Niño, sobre todo el actual “Niño Costero” siguen impactado directamente a la población, ocasionando muertes, inundaciones, destrucción de cultivos, entre otras tragedias que han dejado frustración, tristeza y sueños truncados en nuestra población peruana.
Pero lo más grave de todo es que en ese lapso de tiempo, más de 80 años, las políticas públicas y las acciones preventivas del Estado no han dado resultado alguno. Las razones ya todos la conocemos: Ineficiencia Estatal, Falta de Prevención, Corrupción entre otras cosas que lo único que han demostrado es una ausencia de una política de largo plazo.
Quizá no tengamos la capacidad técnica para predecir las consecuencias del siguiente fenómeno del niño, pero si tenemos la experiencia, las lecciones e historia que a viva voz exigen que nuestros políticos empiecen a tener una visión de largo plazo, una visión que no se encasille en los cinco años del gobierno de turno, sino que por lo contrario, cruce las fronteras de los gobiernos y reivindique la ineficiencia de los últimos 80 años.
Este artículo fue publicado orginalmente en EME LA REVISTA
http://emelarevista.com/el-nino-costero-la-necesidad-de-una-politica-de-largo-plazo/